Entre tristeza y desesperación resignada van pasando mis
visitas al médico. De un tiempo a esta parte, cada visita o cada analítica,
solo sirve para descubrir, que la maquinaria de mi cuerpo se oxida mas
rápidamente, no solo de lo deseado, sino también de lo que a mi edad sería
esperado. Como ejemplo de ello, es cuando la oftanmologa me diagnostico uno de
mis males. Con cierto aire de sorpresa, me dijo que padecía “degeneración
macular senil”. “” SENIL””. ¡Pero si solo tengo cuarenta y nueve años¡. Si pues
es SENIL.
Hipertension, Degeneracion macular senil, piorrea, liquen
plano, una pierna mas corta que la otra, dermatitis seborreica y todas ellas
para acompañarme el resto del viaje por mi vida. ¡No paso la I.T.V.¡
Los jóvenes y los que salen de viaje, piensan que a ellos
nunca les va a pasar nada. Que es a los mayores o a los otros conductores a los
que la desgracia se los llevará por delante. Cuan feliz ingenuidad. Nadie está
a salvo de la injusta guadaña.
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